Entrevista: Michel Viviani

Michel Viviani es un ciclista que supo tocar el cielo con las manos. SANDUCEROS.com.uy conversó con él para conocer un poco más su trayectoria, su vida, y la persona detrás de un gran deportista profesional, en un país amateur.

Ni bien nos recibe, nos larga la primera frase. Seguro de sus palabras, nos dice lo que representa para él el ciclismo. “Podemos pasar años preparándonos, meses de preparación para una carrera de etapa; toda una semana para una dominguera, una carrera puede durar 5 horas… ¡o mas! Pasando por sol, calor, lluvia, temperaturas bajo cero, viento, caminos feos. Pedalear subiendo a 8 km/h, y a más de 200 pulsaciones por minuto; o bajando a 100 km/h, tomando “curvas en U”. Todo para estar 3 segundos con los brazos en alto. ¡Pero qué gloriosos segundos! Gracias a Dios he vivido todo esto”.

Así arranca una entrevista que te va a encantar leer.

Sanduceros: Gracias por recibirnos, Michel Viviani. ¿Todos te conocen así? ¿Tenés algún sobrenombre?

Michel Viviani: Gracias a ustedes por acordarse. Sí. Todos me conocen así: Michel Viviani. No tengo sobrenombre.

S: Michel, tenés 26 años y una trayectoria interesante en el mundo del ciclismo, ¿no?

Michel: Así es. 26 años y 15 corriendo en bicicleta. ¡Unos cuantos km recorridos en el mundo del ciclismo sí! Se aprenden muchas cosas, se conoce mucha gente y se conoce muchos lugares. El mundo del ciclismo es un mundo que solo el ciclista lo entiende. Ciclismo es sinónimo de sufrimiento.

S: Más adelante nos contás todo. Ahora hablanos de tus comienzos y tu abuelo. ¿Fue él quien te incentivó a comenzar con el deporte pedal?

Michel: Empecé cuando tenía 11 años. Mi abuelo me invitó a dar una vuelta por la ruta. Yo tenía una BMX; y fuimos. Me gustó mucho. Y empezamos a repetir la salida. Salíamos todos los domingos. Muy pocos km. Él me controlaba el pulso, la respiración; y poco a poco fue interesándome. Un día me regaló una bicicleta de media carrera.

S: ¿Él practicaba ciclismo?

Michel: Él corrió en el San Antonio unos años cuando era joven.

S: Entonces de a poco te fue metiendo en el mundo del ciclismo.

Michel: Fue él quien me hizo conocer este hermoso deporte. Me acompañaba a todas las carreras y entrenamientos. Fue de a poco. Paso a paso.

S: ¿Cómo era tu relación con él?

Michel: De mañana iba a la escuela. Las tardes, en cambio, las pasaba con él, en su carpintería. Me divertía mucho con él aprendiendo el oficio, y los domingos pedaleando junto con él.

S: Dijiste que es un deporte sacrificado, de sufrimiento. ¿Cómo fue recibida por tu familia la decisión de practicarlo?

Michel: Yo era muy chico. A mis padres no les gustaba mucho, pero siempre me apoyaron y me acompañaron. Es algo que recalco. Pero el competir durante tantos años, eso fue decisión mía. Nadie me obligó a nada.

S: Dejás claro que fue decisión tuya. ¿Eso porque es común que se obligue a los hijos a practicarlo?

Michel: Mirá, lo veía en compañeros de categoría. A los 12 años los padres les obligaban a correr. Los obligaban porque a ellos les gustaba el ciclismo. Pero no a mis compañeros. Y hoy en día, de esa categoría, no corre casi nadie. De un pelotón a 1ra categoría llegamos pocos. Ésta bueno practicarlo cuando amás el ciclismo. Cuando lo llevás adentro.

S: ¿Y la primera carrera? ¿Te acordás?

Michel: ¡Sí! Fue en la playa, en un festival de la fiesta de la prensa. Salí segundo. ¡Llegamos cortados!

S: ¡Buen debut entonces! Pero no quedó ahí. Llegó el día en que esa pasión y locura por las bicicletas se vio coronada con la primera victoria. ¿Cuándo fue? ¿La recordás?

Michel: Recuerdo todo. Fue paso a paso. Me costó. Había un compañero al que no le podía ganar. Todos los domingos él ganaba y yo era segundo. Siempre la misma historia. Corríamos en la zona de El Remeros; CODECAM categoría 12 años.

S: ¿Y cómo fue?

Michel: Fue el 1ro de mayo. ¡Se me dio la carrera! ¡La gane! Estaba tan contento que casi me descalifican.

S: ¿Cómo que casi te descalifican?

Michel: En el CODECAM no se puede levantar los brazos antes de la línea de llegada. Era tanta mi emoción que los levanté antes. Pero me dieron la carrera igual. Ahí gané mi primera carrera. Recuerdo que fue a un chico que el domingo anterior me habia encerrado en la última curva, mal. Y eso lo hizo doblemente satisfactorio. Porque le gané al siguiente domingo y en buena ley. Por eso también mi alegría incontrolable.

S: Entonces, el esfuerzo y la perseverancia –y el juego limpio- es importante en el ciclismo para lograr las metas. Si se lo proponen, y con dedicación, todo llega.

Michel: ¡Muy importante! El único rival es uno mismo. Mi entrenador me decía: “yo te marco el plan de entrenamientos, si vos lo haces o no… ¡es tu problema! ¡No soy yo el que va a sufrir el día de la carrera! Me quedó muy marcado eso.

S: ¿Quién era tu entrenador?

Michel: Primero fue mi abuelo. Y después entrené 7 años con Agustín Margalef.

S: Agustín Margalef; ícono en el ciclismo sanducero y uruguayo.

Michel: Un ejemplo, me ha enseñado muchas cosas.

S: Entonces practicaste el deporte con profesionalismo desde el primer día.

Michel: Siempre. Y no solo en los entrenamientos. Todo el día; como ser alimentación, descanso. En el ciclismo fui creciendo. Cuando comencé tenía 11 años. Corrí toda la categoría de 12 en CODECAM. Incluso yendo a distintos departamentos del país. Cuando cumplí 13 años me diagnosticaron un problema de crecimiento. ¡Los huesos se me estiraron muy rápido, pero los tendones no!

S: A eso íbamos. No todas son ganadas, ni todo es alegrías. Y eso en el ciclismo más aún. ¿La primera caída?

Michel: Es cierto. De hecho, son más las que perdés que las que ganás. La primera caída fue en Flores. Corriendo en el CODECAM. Iba en el medio del pelotón, me enganchan y terminé en el piso. Unos raspones nada más. ¡Mi abuelo quedó como loco del susto! Pero así nos hacemos. Es parte del riesgo que corremos en las competencias.

S: Es parte del oficio. Como las lesiones. Estuviste alejado por una lesión en la rodilla a los 15. ¿Es el mismo problema de crecimiento que nos contabas?

Michel: En todos lados corremos riesgos. En aquél tiempo, corría con un pelotón de 30 chicos. Y éramos chicos; no teníamos mucha noción de la bicicleta. Eran carreras cortas. Después llegué a correr en un pelotón de 210 competidores. Pero los riesgos siempre están.

S: Así es. En el montón pasa de todo. Ahora nos contás algunas de esas “vivezas criollas” que pasan ahí adentro. Pero, ¿la lesión cómo fue?

Michel: En las piernas. Sentía dolor al pedalear; entonces fui a un deportólogo. Me diagnosticó y dijo que lo que necesitaba era quietud. Solo eso me iba a curar.

S: ¿Cuál fue el diagnóstico?

Michel: Fue en el tendón rotuliano. Pasa que se estiran los huesos más rápido que los tendones. Entonces hay que dar tiempo a que los tendones vayan a su lugar.

S: Quietud absoluta.

Michel: Exacto. Hice quietud y el médico tenía razón. Fueron 2 años quieto, sin andar en bicicleta; y un tratamiento de recuperación posterior. Hasta el día de hoy ningún dolor,  gracias a Dios. ¡Y eso que las he exigido a las piernas!

S: Te recuperaste y seguiste comiendo rueda en el ciclismo. Pero hay otra pasión que te mueve mucho: Peñarol. Dicen los que te conocen que sos muy fanático.

Michel: ¡Lo soy! La tercera bicicleta que tuve la pinté amarilla y negra. Y me mandaba hacer con una modista la camiseta a rayas de Peñarol. Trataba de combinar la indumentaria con los colores, me gustaba eso.

S: ¿Y si la carrera se desarrollaba a la misma hora de un partido de Peñarol?

Michel: ¡Es complicado! Había días q no podía mirar los partidos por que viajaba a competir y no estaba en casa.

S: ¿Y no se cumplió –aún- el sueño de unir las dos pasiones? ¿Defender al Club Peñarol en ciclismo?

Michel: No aún. Pero, como dije, siempre usaba la camiseta. Era lindo porque la gente te gritaba por los colores. Igual a veces sucede que no escuchás lo que gritan. Tenés la cabeza en la carrera. Seguramente defender oficialmente a Peñarol ciclismo será un sueño a cumplir. ¡Tengo la ropa oficial de Peñarol ciclismo! Me la regalaron un día. Y me la han querido comprar también. ¡Pero no se vende! ¡Jamás!

S: Todo este camino te llevó a correr las 500 millas, Rutas de América, La Vuelta Ciclista del Uruguay y… correr en España.

Michel: Lo que más me gusta de mi carrera deportiva es que todo fue paso a paso. Nadie me dio ni me regaló nada. Todo fue con sacrificio, y así se disfruta más. Llegó el día de correr 500 millas. Me sacaron ventaja; y la saqué yo también. ¡Hubo etapas que llegaba escapado a 15 o 20 minutos del pelotón!

 S: A veces se gana, a veces se pierde.

Michel: Así es. La tercera 500 millas que corrí fui malla cima. Ese año ganamos individual, por equipos… ¡ganamos todo!

S: ¡Lindos recuerdos!

Michel: Sí. Se me viene a la memoria la segunda etapa. Uníamos Salto con Bella Unión. Era un día de lluvia; y lo típico en esos días: una caída a los 20 km de haber largado. Me acuerdo que hice 100 km con una mano sola, porque me había golpeado feo la muñeca de la otra. No podía apoyarme en el manillar.

S: ¿100 km con una mano sola?

Michel: Sí. 100 km con una mano sola, bajo lluvia y sin poder alimentarme bien. ¡Y no fue la única vez! En Rutas de América me pasó algo similar. Caí en la octava etapa. Tuve una fisura en el radio; pero me paré y seguí pedaleando para completar la etapa. Con una mano sola pedaleando. Al otro día el médico no me dejó largar. De hecho, me enyesaron.

S: Te gusta dar más de lo que podés. Desafiar al dolor y los problemas que surgen en la competencia. Ganarte a vos mismo.

Michel: Es algo que no sé cómo explicar. Lo tenés que llevar adentro. Mirás para atrás y ves muchos km recorridos. Hay mucho entrenamiento. Y mirás para adelante y ves un sueño, segundos de gloria. Por eso, por una caída no tenés que abandonar. Tenés que pararte y seguir.

S: Mucho temple.

Michel: Es cierto. La temporada pasada tuve la mala suerte de caer 4 carreras seguidas. Gracias a Dios ninguna de gravedad. Pero es pararse y seguir. Lo pensás en frío y es una locura caerse y seguir pedaleando, quedando 100 km por delante, bajo lluvia y frío.

S: De correr carreras en Uruguay, un día despertaste en España. Contanos ese gran salto.

Michel: ¡Un sueño! Haber llegado a Europa a competir es un sueño hecho realidad. Y fue gracias a Agustín Margalef. Hicimos 1 año de preparación física. Entrenando mucho, incluso natación; para tener mejor y mayor capacidad pulmonar. Hicimos musculación, entrenamiento en la bici, y control rígido en la aliementación.

S: A nivel profesional prácticamente.

Michel: Sí. Es que íbamos a un terreno que aquí no tenemos, y condiciones en las que nunca competimos. Es muy duro. Muchas montañas. Lleva su tiempo la adaptación al terreno, al aire, al clima. Y para eso necesitábamos una buena preparación. Es un mundo que acá no se conoce.

S: Y todo ese esfuerzo, ¿recibió apoyo económico? ¿O –como todo en Uruguay- fue a pulmón y con la ayuda de familiares y amigos?

Michel: ¡Todo esfuerzo y a pulmón! Hasta el pasaje lo pagué yo. Allá los gastos los cubría el equipo; y tuve apoyo de sponsors. Pero todo a pulmón.

S: ¿Y Europa?

Michel: Es otro mundo. Comenzando por la infraestructura de los equipos, las bicicletas, la ropa que se usa. Yo fui en invierno. Tenía todo lo necesario, ropa térmica de alta tecnología. Para las competencias nos alojábamos en hoteles de calidad.

S: Y volviste por la crisis económica en España

Michel: Si, se sentía mucho allá. Me contaban compañeros que era algo desesperante. Fui en un mal momento del país. Notaba que las fabricas trabajaban semana cortadas. Feo.

S: ¿Volverías?

Michel: ¡Sí!

S: ¿Y la actualidad de Michel Viviani?

Michel: Hoy en día estoy trabajando, con un paso al costado del ciclismo. Este año no estoy compitiendo. Hay 2 motivos.

S: ¿Se pueden saber?

Michel: La parte laboral no me permite entrenar las horas que debería entrenar y descansar; y está la parte del doping en el ciclismo. Es algo que tendría que haber más controles.

S: ¿Falta profesionalizarlo en Uruguay?

Michel: Hacen controles, pero solo de orina. Los verdaderos controles de sangre no los hacen, al menos no con la frecuencia necesaria. Y como dice el dicho, “hecha la ley, hecha la trampa”.

S: ¿Y el futuro?

Michel: Pienso subirme en la bici de nuevo. Tengo todo. No vendo nada, ni la bici, ni la ropa. Es algo que me llevó 15 años tener. La bicicleta que hoy tengo es la bicicleta q siempre soñé tener.

S: ¿Qué le dirías a alguien que recién comienza?

Michel: Que es un deporte hermoso. Que lo disfrute. Que sepa que solo él es el que pedalea;  y el que puede llegar a donde quiera, si lo quiere.

S: ¿Y a sus padres?

Michel: Dependiendo la edad de quien comienza. Si es un chico, que lo apoyen pero que no deje el estudio por el ciclismo, se puede hacer ambas. Y a sus padres, que no lo exijan ni obliguen. Si él quiere ser ciclista, va a ser él el que va a pedalear. Es un deporte muy duro y sacrificado, pero hay q ser amigo de ese sufrimiento.

El mejor momento en el ciclismo fue: Subir un puerto de montaña y haber corrido la Vuelta Ciclista del Uruguay.

Y el peor: haber quedado afuera de un campeonato nacional por un accidente.

Ídolo/Referente Internacional: Lance Armstrong, por ciclista y por haber vencido un cáncer.

Ídolo/Referente Uruguayo: Mi entrenador, Agustin Margalef.

Equipos: Me marco el Amanecer; me dio la oportunidad de competir en Montevideo.

El ciclismo es: es llegar más lejos de donde pensás llegar.

En Paysandú nos falta (a nivel competición): hay que incorporar gente nueva. Hacer más promoción al ciclismo. Hacer carreras para niños. Tener escuelas de ciclismo, como existía el CODECAM, carreras menores (4 a 15 años).

En Paysandú nos falta (a nivel recreativo): acá no se respeta al ciclista en la ruta. La ruta 90 es un lindo lugar para ir a pedalear, hasta esperanza. Es una ruta tranquila que lo puede practicar cualquier amateur. Pero se necesita que el tránsito respete al ciclista. La rambla está quedando linda también, pero se podría mejorar aún más.

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